El profesor Arcángel Bedmar presenta el libro «Breve historia de la Filosofía», junto a su autor, Manuel Bermúdez Vázquez, profesor de la Universidad de Córdoba
Manuel Bermúdez Vázquez es uno de nuestros ilustres lucentinos desconocidos. Cuando a principios de septiembre me propuso que le presentara su libro Breve Historia de la Filosofía, y a partir de ese momento pude comprobar su formación académica, su currículum y sus publicaciones, le dije que en vez de presentar el libro lo que yo haría sería presentarlo a él y que él se encargara de presentar el libro. Antes que su libro, es de justicia que se conozca una trayectoria intelectual tan sobresaliente como la suya, pues creo que ningún lucentino ha alcanzado a la edad de Manuel Bermúdez los méritos que él reúne en el campo de la investigación filosófica.
Manuel Bermúdez se licenció en Humanidades por la Universidad de Córdoba en el año 2000 con premio extraordinario, y cinco años después se doctoró en Filosofía, también con premio extraordinario, por la misma Universidad. Desde el año 2011 es asimismo doctor en Filosofía por la Universidad escocesa de Edimburgo. En el ámbito profesional ha sido profesor de instituto en Castilla y León entre 2006 y 2008. En este último año comenzó a trabajar de profesor de Filosofía de la Universidad de Córdoba y además coordina el Aula de Debate de esta Universidad desde 2012.
Manuel Bermúdez ha completado gran parte de su formación académica en el extranjero, ya como licenciado, durante periodos que suman más de dos años. Desde el año 2003 ha realizado varias estancias como investigador o como profesor invitado en las universidades italianas de Milán, Sassari y Udine (centro este último donde impartió la docencia en italiano), en la Universidad de Massachusetts (en Estados Unidos), la Universidad de Buenos Aires (en Argentina), la Universidad de Concepción (en Chile), la Universidad de Edimburgo (en Reino Unido), y las Universidades Comenius y Carolina, ambas ubicadas en Praga.
Es de suponer que el haber trabajado en sitios tan distantes y distintos ha influido en que Manuel Bermúdez haya intentado buscar un punto de encuentro y de debate filosófico utilizando de manera provechosa Internet y las redes sociales. Así ha surgido el proyecto Filosoqué?, difundido a través de un blog, Facebook, Twitter y un canal en Youtube en el que Manuel Bermúdez aparece como un comunicador claro, convincente y certero. Dentro del ámbito de la Filosofía, el pensamiento crítico y la retórica, en este proyecto se analizan temas variopintos como la democracia, la libertad, la religión, el erotismo, el nacionalismo, el poder financiero, los valores, la ideología, y un largo etcétera de conceptos esenciales para entender el mundo en el que vivimos, El proyecto Filosoqué? se enmarca en la labor social que debe pretender toda Filosofía, y que consiste fundamentalmente en buscar un mundo mejor, facilitar la convivencia ciudadana y fomentar el diálogo y el debate social.
Aparte del Proyecto ¿filosoqué?, Manuel Bermúdez mantiene en la Universidad de Córdoba la página web Filosofía Hablada. En ella invita a pasear por la historia de la Filosofía desde sus orígenes en la antigua Grecia hasta los filósofos contemporáneos. La intención es difundir la vida y las ideas de los pensadores más importantes de la historia a través de un conjunto de archivos de audio, con distintas voces, que analizan a catorce autores fundamentales y el acertijo filosófico del dilema del prisionero.
Mención especial merece el blog personal de Manuel Bermúdez Vázquez, que versa sobre expresión oral y pensamiento crítico. En él encontramos ejercicios sobre pensamiento deductivo, sobre opiniones y argumentos, y sobre afirmaciones tácticas y juicios de valor. En este blog exiten consejos de cómo organizar el discurso para que atraiga, interese o convenza, y recomendaciones sobre la puesta en escena para poder ganarse al auditorio a través del lenguaje no verbal, la indumentaria, el manejo del espacio y el control de los nervios. Recoge también los tipos de falacias, es decir, los argumentos que parecen válidos en la oratoria, pero que en realidad no lo son.
Al igual que su formación académica, la producción literaria de Manuel Bermúdez es muy amplia. Su capacidad investigadora quedó reconocida en 2007 cuando recibió el Premio Leocadio Martín Mingorance de Investigación, una distinción creada por la Universidad de Córdoba para jóvenes investigadores en el área de Humanidades y Ciencias Sociales. Manuel tiene publicados tres libros (el que hoy presentamos, Breve Historia de la Filosofía, es el cuarto) y capítulos escritos por él aparecen en otros tres libros. Su primer libro se centra en la figura del francés Michel de Montaigne, de familia judío conversa de ascendencia española, y creador del género ensayístico. Su segundo libro nos acerca a Francisco Sánchez, médico, filósofo y judío converso de origen español que desarrolló la mayor parte de su vida intelectual en Francia. Estos dos filósofos renacentistas, Michel de Montaigne y Francisco Sánchez, que viven en los siglos XVI y XVII, son los que consiguen que el escepticismo sea tomado como una hipótesis válida para indagar la verdad e impulsan la renovación del pensamiento filosófico que da paso a la modernidad. Eso permitió que el escepticismo se convirtiera en el fundamento en que Descartes basó su principio de duda metódica y que impregnara todo el pensamiento ilustrado del siglo XVIII.
El acercamiento de Manuel Bermúdez a filósofos españoles o de origen español se ha completado en este año 2013 con la publicación del libro titulado George Santayana, un español en el mundo. Es una obra, en la que colaboran otros cuatro investigadores, que se adentra, aprovechando el 150 aniversario de su nacimiento, en la vida y la obra de este filósofo materialista, ensayista, poeta y novelista hispano-estadounidense, que para los profanos en cuestiones filosóficas es conocido por su famosa cita de que “aquellos que no recuerdan su pasado están condenados a repetirlo”.
Dejando atrás sus libros, buena parte de la obra de Manuel Bermúdez se puede leer en revistas de papel y digitales. La mayoría de sus 23 artículos se han publicado en revistas como Almirez, editada por la sede de la UNED en Córdoba; Contrastes, revista internacional de Filosofía editada por la Universidad de Málaga; y Ámbitos, la revista de estudios de ciencias sociales y Humanidades de la Universidad de Córdoba; y hasta podemos encontrar dos artículos suyos escritos en italiano en las revistas Elenchos y en el Boletín de la Sociedad Filosófica Italiana. A las publicaciones en revistas se suman las 13 ponencias defendidas en seminarios y congresos organizados por sociedades y universidades españolas y extranjeras en Francia, Chile, Argentina y Gran Bretaña.
La temática más recurrente sobre la que gira hasta el momento la producción investigadora de Manuel Bermúdez es el escepticismo, una corriente filosófica basada en la duda y que cuestiona que podamos afirmar que sepamos algo con absoluta certeza. Para el escéptico, no podemos asegurar que lo que tenemos por cierto y seguro sea en realidad verdad. Los filósofos escépticos no creen en una verdad objetiva, porque para ellos todo es subjetivo, ya que todo depende del sujeto que estudia y no del objeto estudiado. Así, para los escépticos solo podríamos encontrar la felicidad y la paz del alma evitando las creencias dogmáticas y no adhiriéndonos a ninguna opinión determinada. Sin embargo, la investigación del escepticismo y de sus figuras relevantes, como Francisco Sánchez o Michel de Montaigne, no ha impedido que Manuel Bermúdez haya realizado incursiones en otros autores, como Lucrecio, Nietzsche o Parménides, o en otras temáticas como la energía nuclear, la guerra justa, el nacionalismo periférico español, los estatutos de las universidades y la ética y la empresa.
El profundo conocimiento de los pensadores y de las corrientes filosóficas es el que ha permitido a Manuel Bermúdez poder publicar su Breve historia de la Filosofía. Tradicionalmente se ha considerado que las historias de la Filosofía solo deben ser escritas por autores señeros y curtidos, y que embarcarse en una obra de estas características en edades tempranas es un atrevimiento y una temeridad. Sin embargo, cualquiera que lea la obra con detenimiento se dará cuenta de que derrocha madurez y altura intelectual. Además, es un libro didáctico, ameno y muy actualizado que nos permite adentrarnos con mucha facilidad en el pensamiento filosófico y nos ayuda a plantearnos racionalmente la realidad en la que vivimos. Por ello, siguiendo la sentencia socrática que dice que “una vida no reflexionada no merece ser vivida” os invito a aprovechar este libro. Su lectura os hará reflexionar, pensar y sobre todo, vivir.